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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

www.surda.se

 

 

01-08-2016

 

Nadie se revuelve en el suelo ni las culpas son meramente ajenas

 


SURda

Notas

c.e.r

 

Las discusiones sobre ciertas cuestiones del pasado, no las resuelve un individuo, ni dos. Y, sin desbrozar el terreno de “lo que realmente pasó” no vamos a ningún lado.

Pero cuando se está en el empeño, no faltan los que salen a argumentar, que el tema es “dejar enseñanzas” para las generaciones futuras.

No estamos de acuerdo.

Cada generación “hace su propia melga” y la hacen a pesar de todos los “ consejos ”, posibles “ enseñanzas ” y, hasta “ balances ”, con los que algunos pretenden darle final al devenir histórico, fijar el canon, y agua para su propia acequia partidaria.

En ese sentido, no hay verdad “única”, ni tampoco estamos “en el fin de la Historia”.

Gracias a la generación de los sesenta-setenta y gracias al aporte de la Revolución Cubana, en sus inicios , el tema de una sociedad más allá del capitalismo, se puso por primera vez en el tapete en América Latina y salimos –felizmente!!!- de los libros y “las interpretaciones sobre lecturas” de hechos ajenos.

Hoy día, para las generaciones futuras, lo que sobran son experiencias propias, de los latinoamericanos y, a esas experiencias habrá que referirse. Se acabó Rusia y sus bolcheviques, China y “sus libritos rojos”, Vietnam y toda su epopeya heroica, que interpretados entre nosotros – y más de una vez unilateralmente - tanto daño nos hicieron!!!

Y con ello se acabaron los partidos políticos que “hicieron su curro” de ser los intérpretes de esos respectivos y honorables pasados: los PC de América Latina – que no orientaron ni una sola revolución victoriosa en América Latina - y una multitud de sectas que vamos a denominar “orientalistas”.

Todas aquellas luchas, “con las armas en la mano”, sin embargo, terminaron en fracasos. Para nosotros –y puede que estemos equivocados, pero el tiempo lo dirá - lo que se puso sobre el tapete fue “el hecho revolucionario”, de devoción a la causa de la revolución y también “el internacionalismo”. Se rescató lo que con Gramsci y sus análisis –a falta de hechos revolucionarios en Europa- algunos pretendieron enseñarnos: los vericuetos de la “hegemonía” y los bemoles de “las sociedades complejas” olvidando (en el camino) verdades elementales que conocieron bien profundamente los “internacionalistas” de fines del siglo XIX y, todo a lo largo del siglo XX.

Hasta aquí con el compañero lector que firma Marcos .

Pero como ese mismo lector, toma el camino de contraponer “los sacrificios de los militantes” con “ las transas ” de los dirigentes, debemos también referirnos al problemita.

Las revoluciones –cuando se han presentado históricamente como un hecho - lo han sido a pesar de las vacilaciones de jefes.

Ni los delaciones de los que Lenin, en Rusia, llamó “ esquiroles ”, ni las equivocaciones y desatinos del ala pro-sovietica en la Revolución China (Borodin y sus acólitos chinos y comunistas ) pudieron frenar lo que no fue la victoria revolucionaria de los dirigentes que se impusieron (y pasaron a la Historia).

El hecho , no se debe solamente a la acción (o la línea) de dirigentes lúcidos sino a la maduración también de condiciones y situaciones en el ente colectivo de los explotados (su conciencia).

Miles o millones consideraban “que ahora, SI”( o no queda otra) y esa amalgama se transformó en fuerza indestructible y no podía ser frenada por los esfuerzos de algunos que no querían la revolución (cualesquiera fueran sus motivaciones).

En ese sentido, la Tercera intervencion de Ricardo ( respetemos su identidad ficticia, que la eligió él), dice más de un parrafito interesante y contiene más de una observación pertinente.

Con esto damos por terminada nuestras observaciones con respecto a Marcos , y nos vamos a otra, que le sigue inmediatamente después, las del Mau-Mau .

Mau-Mau, saltó a la palestra recientemente, cuando decidió “visitar” a Hector Amodio Pérez (HAP de ahora en adelante). Ese hecho simple, elemental, que es una decisión personal, en el marco de su libertad individual, mereció la repulsa de Zabalza “el mediático” y su círculo más cercano. Después vino el episodio con “el Cavallo” Bouvier , otro que (en ese tema) se subió al camión.

Mau-Mau, con toda la razón del mundo, denunció públicamente el hecho. Estuvo muy bien . Aquí hay que terminar con ciertos “silencios” que al final solo son para beneficio de algunos interesados, que además, se paran en el banquito de los “superiores” y, desde allí se ponen a dictar cátedra de conductas, actitudes morales y otras paparruchas por el estilo. Mirá quién, Zabalza , con el prontuario (confeso, de silencios “que se llevará a la tumba”) que tiene, para salir a dar cátedras de conductas, actitudes y criterios!!!

Zabalza, y lo ha dicho él mismo, se permitió –hace años- ir a entrevistar al “Tino” allá en sus pagos de Rivera, pero esas libertades, que él se toma personalmente, después se las niega a los demás. Hay que joderse!!!

Y con esto entramos en el meollo del problema al que queríamos referirnos.

El Mau se refiere “a la historia oficial que todos compramos” . Lo que dice es cierto, pero también, es solo una parte, de la verdad.

El “aparato” cuando se reestructuró después del 85, se reestructuró siguiendo la alternativa, la variable, más conservadora y burocrática : era más “aparato” y más burocrático que nunca.

Y tenían, además, la ventaja de que las largas prisiones, habían acostumbrado a la militancia a la subalternidad .

“Aquí se viene…a cumplir” decía el cartel del Penal de Libertad y, el verbo se había hecho carne , en la militancia.

Con eso – más la enorme confianza, la simpatía y el respeto que se tenía ante “los rehenes” - se les hizo “el campo, orégano”. Lo que nos pasó a nosotros puede resumirse, bastante fácilmente: fuimos objeto de un terrible abuso de confianza .

Y aunque hubo compañeros que desde el comienzo rechazaron “el nuevo curso”, como los diálogos con ellos, se hicieron en privado, fuera del conocimiento de la mayoría y, sin posibilidades de hacer conocer las discusiones, los encontronazos y las diferencias al seno de “la interna” , esos primeros pioneros se fueron solos. Cuando su número fue bastante importante como para llamar la atención, más de uno que “había dejado correr” empezó a reflexionar sobre el curso de los acontecimientos y fue entonces que comenzó “el goteo”.

A eso hay que agregarle, el atraso político colectivo , incentivado por años de prisiones y obscurantismo deliberado, con la finalidad de anularnos como personas y liquidarnos física, moral y sicologicamente.

Por suerte, parecería – y repetimos lo de parecería - que poco a poco, estamos todos de vuelta de una parte de aquellos errores.

El daño , de cualquier manera, esta hecho , y sus consecuencias, de futuro, son impredicibles. Impredicibles, por la secuela de desconfianza ante lo organizativo, que han dejado como saldo.

El Mau, es -hoy día- “pesimista”, personalmente, me anoto en un “optimismo, con dudas”.

Intentemos resumir entonces: a) es cierto indudablemente que “las condiciones” no estaban maduras para la denominada “revolución”. Pero la frase en sí, formulada de esta manera , como dice Ricardo , no dice nada o, más bien, formulada así, favorece a las corrientes reformistas y socialdemócratas,( entre nosotros el denominado “progresismo”).

b) El asunto no es de hombres que fallaron o no estuvieron a la altura de las circunstancias, fueran jefes o no. Trasciende esto para sumarse a lo que se denomina: la conciencia colectiva de la sociedad. Y cuando lo que impera es una conciencia de clase media, “el hace la tuya” que el capitalismo impulsa, aún entre los propios obreros y el corporativismo sindical vigente , la tarea es difícil. La clase en si, no es la clase para sí , Ricardo , en su tercera intervención, con agudeza lo señala.

c) Esta misma situación se repiten en el resto de América Latina, entre las revoluciones armadas que fallaron, con las diferencias concretas, particulares de cada caso.

d) El “avance” está en el rescate de la idea de que “la revolución” implica una confrontación seria, indudablemente armada, con las fuerzas que se empeñan en mantener el orden capitalista: las nacionales y hasta las internacionales.

e) El denominado “socialismo” o la “sociedad más allá del capitalismo”, no es un acto, es un proceso, donde los avances deberán ser siempre, corroborados por la aceptación popular, la comprobación por los mismos explotados, que el nuevo régimen político les sirve y, que ellos en el mismo son el factor principal. Y en el cual, la desaparición del Estado , es un proceso en el que ellos mismos participan dirigiendo cada vez más .

Nada mas.